Lo que no dirán las auditorías

Nota de Sala de Información: En esta acuciosa investigación, las periodistas Adriana Rivera y Fabiola Zerpa, del diario El Nacional, presentan el crudo testimonio de unos ciudadanos acerca de lo vivido a propósito del proceso electoral presidencial. Trabajaron como testigos, voluntarios o miembros de mesa de la oposición, vieron muy de cerca el rostro que a diario muestra la revolución y, además, sufrieron su inclemencia.

Adriana Rivera / Fabiola Zerpa

Las siguientes no son imágenes de un día de guerra. Estos episodios son parte del relato de unos venezolanos, acerca de las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril. Se trata de un grupo de hombres y mujeres que trabajaron por la candidatura de la MUD, quienes fueron contactados individualmente y aceptaron hacer una reconstrucción de la jornada.

Sus declaraciones contrastan con las versiones oficiales. De sus palabras se desprende que testigos –figuras clave para garantizar la transparencia de procesos electorales– fueron hostigados o sacados de los centros de votación; que motorizados intimidaron a los opositores al disparar o exhibir armas de fuego cuyo uso estaba prohibido el día de la elección; que hubo extralimitaciones en la funciones de los militares del plan República –cuya función es garantizar el resguardo del material electoral– y de los coordinadores de centros designados por el CNE; que el voto asistido –opción destinada principalmente a garantizar el sufragio de personas con discapacidad–  se utilizó como una fórmula de coacción contra votantes; y que las auditorías finales se hicieron en un clima de acoso en muchos colegios electorales. Son todas piezas del rompecabezas pendiente para establecer qué ocurrió el 14–A.

Los testigos como blancos

Aarón Uriza, 19 años de edad. Testigo. Carabobo, Guacara. Centro de Educación Inicial Nueva Guacara. Nicolás Maduro: 1.469 votos (60,6%), Henrique Capriles: 949 votos (39,2%). Caso: retiro de testigo.

“Un soldado me apuntó en la cabeza y me dijo: ‘Si se ponen muy revoltosos echo un tiro’. Todos los que estábamos en el centro de votación nos lanzamos al piso.

Había mucha confusión cuando él hizo eso. Mi mamá, quien estaba afuera y nos veía, pedía a gritos que me soltaran. Le reclamamos al sargento después de que volvió la calma. Éste le arrancó la insignia con el apellido al soldado y lo recluyó en un cuarto. Aun así la coordinadora del centro me amenazó con golpes.

El problema se presentó cuando se cerraron las mesas y pedimos la auditoría, porque los representantes del CNE y los militares del Plan República dijeron que no era necesaria.

La gente se agolpó fuera para exigirla, mientras los motorizados los agredían con insultos y piedras. Ya a mí, por reclamar la verificación ciudadana, me habían encerrado en un cuarto.

«Tuvimos que salir por la parte trasera»

A las 11:00 pm se hizo una auditoría y luego nos enteramos de que el sargento ya había mandado las actas de escrutinio con los testigos del PSUV en un carro durante el desorden que se presentó. Como el centro estaba rodeado, tuvimos que salir por la parte trasera.

Me escondí varios días, porque me amenazaron, y luego en la Fiscalía me dijeron que no tomarían mi denuncia porque no tenía lesión alguna”.

Erwin Delgado, 36 años de edad. Testigo. Zulia, Mara. Escuela Nazaret (San Rafael). Nicolás Maduro: 2.668 votos (75,3%), Henrique Capriles: 874 votos (24,6%). Caso: retiro de testigo.

“Los militares me golpearon con la culata de un fusil y tuve fisuras en las costillas.

Voto asistido ilegalmente.

Desde la mañana denunciamos los abusos con el voto asistido. Incluso, lo hicimos por escrito. Alguien hizo un video y lo pasó al Comando Simón Bolívar en Caracas. Fue el que Carlos Ocariz, alcalde de Sucre, mostró en una rueda de prensa.

Inmediatamente después de esa transmisión, llegó un funcionario de la Alcaldía de Mara, otro del Ministerio Público y un mayor del Plan República. Querían detener al testigo opositor de la mesa donde se grabó la irregularidad.

Voto asisitido ilegalmente.

El joven no tenía nada en su celular. Como soy abogado asumí su defensa y les dije que no lo podían aprehender. La gente de la comunidad se agolpó en las afueras del centro, porque querían defenderlo.

Llegó un contingente de 20 soldados aproximadamente. Repartieron golpes a quienes nos rodeaban para evitar la detención. Yo tenía abrazado al muchacho y por eso recibí el golpe. No denuncié la agresión, sino que fui al hospital de San Rafael del Moján, me pusieron suero y después volví al centro.

El que llevaba el voto asistido era un funcionario de la Alcaldía de Mara. Él, que estaba cometiendo el ilícito, salió en una camioneta de la alcaldía”.

Gustavo Camacho, 49 años de edad. Voluntario del CSB. Amazonas, Atures. Centro Móvil Gavilán (Platanillal). Nicolás Maduro: 0, Henrique Capriles: 0. Caso: excesos militares.

“Un funcionario de la Guardia  Nacional arrolló a tres indígenas. Ellos estaban descontentos porque las máquinas en el centro de votación habían presentado fallas constantes.

A la 1:00 pm ya habían cambiado cuatro. Al lugar llegaron técnicos del CNE para instalar un nuevo equipo, y los electores les pidieron mantenerse en el lugar por media hora en previsión de otro desperfecto. Los técnicos ignoraron la petición y los indígenas tomaron sus motos para cerrarles el paso.

El militar les lanzó la camioneta y les provocó lesiones. Luego bajó con un arma en la mano, lo que casi motivó un enfrentamiento con otros indígenas. Denunciamos el caso ante la  Defensoría del Pueblo y la Fiscalía. Al final no se votó”.

Mariela Machillanda, 39 años de edad. Testigo. Caracas, Libertador. Casa Comunal Las Casitas (Las Mayas). Nicolás Maduro: 486 votos (95%), Henrique Capriles: 27 votos (5%). Caso: retiro de testigo.

“No dejaron cumplir mi labor. El centro funciona en una casita de la Misión Vivienda. En la salita instalan las dos mesas y las máquinas. Al principio los funcionarios del Plan República me rechazaron la credencial. Luego me pasaron a unas escaleras dentro de la casa, que llevan hacia las habitaciones y los baños. Me hicieron subir para mantenerme lejos. La estación de los cuadernos de votación la tenían hacia la cocina.

En el lugar donde me obligaron a estar no podía ver a los electores y no sé si todos aparecían en los cuadernos. Constantemente traían gente y a la salida les hacían firmar una planilla como constancia de que habían votado. Ese día no pude desayunar ni almorzar; si salía del centro no podía regresar.

Cuando comencé a reportar mi situación al Comando Simón Bolívar parroquial, los militares me querían llevar detenida porque tenía el celular fuera. Le reclamé a uno que había abusos con el voto asistido.

Vi cómo a la gente le marcaban el tarjetón. Les recriminé que acompañaron a votar a personas sin discapacidad y les recordé que eso es ilegal, pero el funcionario me respondió: ‘Aquí no está pasando nada. Trae los abogados que tú quieras, pero se va a hacer lo que nosotros decimos’.

Los militares, la coordinadora de centro del CNE y las presidentes de mesas pasaban con los electores detrás del parabán. Después de mi reclamo fueron más rudos.

Afuera había personas armadas, con el brazalete tricolor en el brazo, que gritaban: ‘¡Fuera la oposición!’. Yo era la única opositora allí.

Cuando se puso muy tensa la situación preferí dejar de denunciar para que no me retiraran. Antes de la auditoría me sacaron, me dieron las actas y me dijeron: ‘Te vas ya’. Sólo pude firmar el acta de la mesa 1. Aunque no pude ver el escrutinio, no me moví de allí hasta que guardaron las máquinas”.

María Espinoza, 67 años de edad. Electora. Miranda, Zamora. Colegio Rómulo Betancourt (Guatire). Nicolás Maduro: 2.530 votos (38,7%), Henrique Capriles: 3.962 votos (60,5%). Caso: amenazas.

“Los motorizados seguidores del Gobierno se pusieron agresivos, sacaron armas y amenazaron a las personas que estaban frente al centro de votación después de las 6:00 pm para pasar a la auditoría. Dieron vueltas desde temprano para amedrentar.

Tenían la cara tapada, pero reconocimos a algunos funcionarios de la policía municipal entre ellos. Incluso, algunos entraron porque la coordinadora del CNE les dio permiso para que participaran en la verificación.

Estaba dentro junto con un grupo de personas y reclamamos fuerte. La situación se puso tan tensa afuera que los militares dispararon gases lacrimógenos para separarlos a ellos de los ciudadanos que se agolparon para la auditoría”.

Marisabel Bolívar, 51 años de edad. Electora. Guárico, Roscio. Escuela Básica Dr. Vicente Peña (San Juan de los Morros). Nicolás Maduro: 656 votos (34,3%), Henrique Capriles: 1.252 votos (65,5%). Caso: ataques y hostigamiento.

“Después de las 6:00 pm los militares del Plan República no quisieron dejar entrar a las personas que estábamos fuera para hacer la auditoría ciudadana. Reclamamos y empezamos a cantar el himno.

Representantes del CNE se burlaron de nosotros. ‘¿Ya cantaron la broma esa?’, nos preguntaron y entonces hubo agresiones verbales.

Un concejal estaba pendiente de la entrada para que llegaran más votantes. Como nos vio allí, hizo una llamada y pudimos escuchar que dijo: ‘Búscate a los motorizados para joder a esta gente’. En 5 minutos llegaron cerca de 40 hombres encapuchados y armados en motocicletas.

Nos tiraron botellas con agua congelada, piedras y palos. Sentí un golpe en la rodilla que me tumbó al piso. Al llamar a mi hijo por teléfono para pedir ayuda sentí que me halaron el brazo para quitarme el celular. Tuve una lesión grave en la rótula.

Al día siguiente acudí a la Fiscalía a poner la denuncia que se registró con el número 0686. Quedaron en llamarme, pero no lo han hecho. A una compañera le dieron un golpe en la cabeza, también fue al Ministerio Público. A otra le dio miedo acudir a esa institución”.

Arelis Delnardo, 51 años de edad. Testigo. Caracas, Libertador. Colegio Parroquial Santa Teresita (Catia). Nicolás Maduro: 1.067 votos (39,5%), Henrique Capriles: 1.621 votos (60%). Caso: ataques y hostigamiento.

“Había un grupo de 70 personas que se presentaron para presenciar la auditoría. Nada más pudieron pasar 5 o 6. Los demás tuvieron que huir, porque llegaron unos motorizados echando tiros al aire y amenazando.

Un militar estaba en la puerta y pudo cerrarla rápido. Desde fuera le daban golpes al portón y vueltas al centro de votación. Los funcionarios del Plan República no salieron a la calle y se limitaron a encerrarnos en el piso de arriba. Desde el patio se puede ver el local de enfrente, donde funcionó un comando del PSUV en el que pusieron cornetas con música de campaña todo el día.

Formaban alboroto para intimidar a los que iban a votar y los militares no actuaban. En la noche sí les advirtieron que si no quitaban a los motorizados, tomarían medidas represivas.

Después de una hora se marcharon. Decidimos salir del colegio juntos por seguridad;

hasta los testigos del PSUV estaban asustados”.

Georgi Casanova, 52 años de edad. Testigo. Caracas, Libertador. Liceo Almirante Brión (Sucre). Nicolás Maduro: 934 votos (62,8%), Henrique Capriles: 537 votos (36,1%). Caso: ataques  y hostigamiento.

“A las 9:00 am se oyeron unos disparos fuera y la gente que estaba en la cola para votar corrió hacia el centro de votación para resguardarse. Había mucho temor. Los tipos que dispararon se fueron después. No sabemos si lo hicieron para asustar.

La auditoría no se hizo bien. Decidieron contar nada más el número de boletas sin decir cuántos votos correspondían a cada candidato. Dije que debía dejarse constancia de esa irregularidad, pero la coordinadora del CNE me contestó así: ‘Aquí nadie va a poner observaciones en el acta, porque queremos irnos rápido’”.

Sol Montiel, 61 años de edad Coordinadora CSB. Bolívar, Caroní. Escuela Bachiller Felipe Hernández (Simón Bolívar). Nicolás Maduro: 1.493 (58%), Henrique Capriles: 1.077 (41,8%). Caso: amenazas.

“Al centro llegaron unos sindicalistas de la construcción de Tocoma que apabullaron a todos. Entre ellos había una dirigente que entró con dos guardaespaldas armados.

Los funcionarios del Plan República no actuaron. Un miembro de mesa le reclamó a la mujer y ella respondió con una amenaza. Finalmente accedió a retirarse. Eso quedó asentado en un acta.

En esa parroquia, así como en Pozo Verde y Yocoima, que son rurales, tuvimos mucho abuso de autoridad de los militares y los coordinadores del CNE, que son a la vez militantes del PSUV en patrullas y milicias locales.

A nuestros testigos los militares los amenazaron con llevarlos presos. En otros centros no se auditó, porque la gente tenía miedo por el amedrentamiento”.

Edma Nieves, 50 años de edad. Coordinadora de la MUD. Miranda, Miranda. Escuela Maurica (Mamporal). Nicolás Maduro: 945 votos (65,6%). Henrique Capriles: 490 votos (34%). Caso: ataques y hostigamiento.

“Le echaron unos tiros a la camioneta en la que íbamos camino a Los Hernández, uno de los sectores más apartados del municipio.

Gracias a Dios no nos dieron porque la carretera estaba bastante oscura. Antes tuvimos que inventar una estrategia para que no nos quitaran las actas al final de la jornada. En la escuela hubo tensión todo el día, porque se presentaron motorizados para amedrentar.

Como en otro centro los oficialistas estuvieron a punto de quitarle las actas a una señora, planificamos un sistema mano a mano: la testigo obtuvo el acta en la mesa y se la metió en el sostén; luego, envueltas en un pañuelo, se las pasó a la coordinadora del centro, que era la encargada de llevárselas a la que estaba en la puerta, que, apenas las recibió, se metió en un carro y se fue rápido.

Si no lo hacíamos así, nos quedábamos sin ellas.

Aquí casi siempre hacen trampa con el voto asistido para personas sin discapacidad y con el proselitismo, pero esta vez hicimos un operativo para evitar esos problemas”.

Jesús Hernández, 55 años de edad. Testigo. Caracas, Libertador. Unidad Educativa Nueva Caracas (23 de Enero). Nicolás Maduro: 2.435 votos (61,3%).
Henrique Capriles: 1.520 votos (38,3%). Caso: amenazas.

“Un vecino de toda la vida llegó al centro de votación con el rostro cubierto con un pañuelo. Le dije que se lo quitara, porque esa pieza lo identificada con un grupo que apoya al Gobierno y no se podía hacer propaganda. ‘Tú sabes que soy de un colectivo, me respondió.

Al final se lo puso en la frente. Al rato llegaron otros de ellos y algunos esperaban afuera en motos. Preguntaron por mi y después me dijeron lo siguiente: ‘Llevas tres reclamos, porque estás formando lío. Ponte las pilas’. Les dije que estaba cumpliendo con mi trabajo. Una testigo del PSUV me defendió.

En la noche llegó un grupo de ellos. Así fue todo el día. Al terminar me fui para la casa asustado. A pesar de las amenazas, no dejamos de hacer todo el trabajo”.

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